Robinson Crusoe

    Robinson Crusoe es un náufrago que vive en la más completa soledad en el medio de la nada. Los días y las noches se suceden y poco a poco, su mente, se va ralentizando. Cada día siente, como esa soledad le impide acordarse de su pasado. Atrás quedan las imágenes de aquellos rostros que veía a diario, de sus amigos, familiares, vecinos...
    Su mente se vuelve cada vez más oscura; No le permite acordarse del pasado, pero tampoco pensar en el futuro, sólo en el presente.
    Su presente era seguir vivo, y conseguir alimento que le permitiera mantenerse con fuerza, por si algún día la suerte se presentara ante él en forma de rescate.
    No podía permitirse, que los malos pensamientos habitaran en su mente: una enfermedad que llenara su cuerpo de dolor y no pudiera vencer, el ataque de alguna fiera que lo fuese devorando poco a poco, o lo que es peor una muerte lenta producida por el olvido.
    Las horas pasaban para Robinson rodeadas de monotonía, tener siempre agua fresca para saciar su sed, algún alimento, y por encima de todo mantener la llama de su hoguera encendida... eran su única preocupación.